La tesis analiza el papel de las competencias ciudadanas en la política pública a partir de los casos comparados de Bogotá y Monterrey. En ambas ciudades, durante la década de los noventa hubo situaciones límite que condicionaron el suministro de agua para sus ciudadanos. Sin embargo, las experiencias de Bogotá y Monterrey difieren porque mientras Bogotá apuntó a la educación y a la implicación de los ciudadanos, para reducir el consumo, Monterrey, apostó por una política basada en la sanciones y en la racionalización de agua. A partir de un estudio de campo hecho con políticos, académicos, expertos de ambos países, triangulada con información cuantitativa vemos que en el caso de Bogotá a treinta años de la crisis, a pesar de que aumentó la población, el suministro sigue por debajo del nivel previo a la crisis, mientras en Monterrey el suministro del agua se ha ido incrementando junto con el aumento de la población. Entre las conclusiones del trabajo se proponen políticas públicas en materia de educación, formación y normativa para poder atender en lo sucesivo situaciones similares.