Subido el 27 de oct a las 20:41 hrs
Dentro de los desafíos que enfrenta nuestro sistema educativo está la formación de capacidades
para fomentar la participación cívica y política de los jóvenes. De tal forma que
educar políticamente promueve la fuerza de la transformación de los individuos, formando
habilidades de pensamiento comprensivo, que genere al ejercicio de una ciudadanía
plena y activa. Asimismo la construcción del conocimiento político es necesario para
realizar juicios más razonados, como decidir por quién votar, qué políticas y programas
se están realizando y conocer sobre los partidos políticos y candidatos. De acuerdo con
estos argumentos la contribución de la educación a la democracia es más directa y fuerte
individualmente en medida en que los individuos poseen mayor educación, y con ello
es más probable que desarrollen mayores y mejores prácticas democráticas (Guevara,
2012). En ese sentido en este capítulo se analiza de forma cuantitativa la relación
entre la educación política y la participación democrática de los jóvenes universitarios,
considerando un contexto en el que la vulnerabilidad propia de la vida cívica y política
posee una mayor relevancia
Asegurar la igualdad de género y eliminar cualquier forma de violencia en contra de las mujeres y niñas.